Miércoles tarde.
Barcelona.
Interior tienda.
Cliente/Dependienta.
La dependienta charla con un compañero y bromea ignorando al cliente. Él trata de captar su atención sin éxito en varias ocasiones, ella le mira de reojo y finge no haberse dado cuenta que él anda por ahí, pese a ser el único cliente en el interior de la tienda, un espacio de no más de 10 metros cuadrados en su habitáculo interior. Finalmente se entabla la conversación:
C: Perdona, me gustaría probarme estas martens de ante gris que están aquí, en este aparador.
D: Cuales, las bajas o las desert boots?
C: Las bajas grises con el cerco malva, en el 41.
D: Voy a ver si me quedan pero creo que no ... sólo números grandes.
C: Bueno, a ver si hay suerte ...
La Dependienta desaparece unos minutos en un supuesto almacén. Vuelve.
D: No, sólo queda el 45 de la baja, la que te estas probando. Si quieres miro si hay algo en la otra tienda.
C: Sí, por favor, la verdad es que me encantan y me encantaría tenerlas.
D: A ver, miraré en el ordenador. (Consulta la computadora) ... No, solo tallas grandes, pero en negro si que las tienen en el Borne.
C: Ya, pero es que las quiero grises, son muy especiales ... desde cuándo las tenéis?
D: Desde hace un par de semanas, pero se han agotado...
C: Joder!, en un par de semanas? Pero cuántas habéis traído?
D: Un par por talla, y ya sabes, en cuanto vienen los japoneses, como aquí todo es más barato, arrasan.
C: Hombre, es fácil que arrasen con un par por talla ... y no las vais a volver a traer?
D: Sí, lo mismo a finales de mes llega algo, no sé en que colores, pero lo mismo sí.
C: Ya, pero si traéis una por talla es probable que me quede sin ellas una vez más.
D: (Indiferente) Probablemente ... (Silencio)
C: Pues nada, hasta luego ...
La Dependienta no se despide y vuelve a las bromas con su colega. El cliente sale de la tienda sin nada en la mano y sin intención de entrar nunca más. El cliente se va a su casa, se mete en internet, las busca, las encuentra 40 euros más baratas, se las compra, maldice a la dependienta y le jura odio eterno. El cliente siente deseos horribles de hablar con el dueño de la zapatería y decirle que eche inmediatamente a tan poco avispada dependienta y decide contar que la boutique en cuestion se llama LIMITED EDITION, en Barcelona, Cataluña, España, Europa.
Nada de dame tu teléfono y te llamo en cuanto lleguen (era compra segura), nada de lo siento y mucho menos nada de hasta pronto! Así se vende ...
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Lo fácil que hubiese sido hacer una llamada de teléfono a finales de mes ... No comprendo cómo hay tantas personas a las que les de tanto reparo usar el teléfono, es un método cómodo, fácil y seguro de entablar contacto con alguien. Mi madre y yo hablamos una media de una o dos veces diarias, gracias a las tarifas planas. Hay amistades que se diluyen por culpa de no usarlo, hay amores que se rompen por lo mismo y hay ventas que no se cierran. Está mal no llamar, pero aún peor es comprometerse a hacerlo y no llevar a cabo la promesa. Yo ya no me creo las promesas... lo de me quedé sin batería o no lo oí ya no cuela ... cuando ves la llamada perdida, si quieres, la devuelves. Marcar es voluntario, creer también.
domingo, 7 de febrero de 2010
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