No he parado de hacer otra cosa que no sea trabajar. En casa, fuera, dando clases, preparando nuevas producciones teatrales ... a veces me pregunto si es necesario trabajar tanto si no queda tiempo para disfrutar de los beneficios, pero SI, merece la pena dado que no tengo intención de pirarme de este mundo hasta dentro de mucho tiempo.
Hablando de PIRADAS, en los últimos días he sabido de varias (tanto de despedidas como de locas, entiéndanse ambas acepciones para este termino tan moderno). Como la primavera la sangre altera, y más aún a las hembras y machos en celo, las pulsiones reproductivas fingidas y absurdas de un palomo cojo han conseguido, finalmente, que todos los pronósticos hayan ganado la apuesta en una proporción 1 a 1000000. Sí, la crisis hace que las rapaces (entiéndase también al palomo como ave rapaz) busquen en la carroña alimento. Cría cuervos y te sacarán los ojos, ya se inspiró Saura en tan preciosa idea ... pues imitando a Saura no nos los han sacado porque nuestros ojos no son carroña, ni los míos ni los de los míos, ya que en estos casos uno, que es muy retorcido, se transforma en bestia parda y se come tó lo que se menea.
Así que el palomo ha volado y, escondido, ya ha pillado presa nueva a la que sacarle hasta el hígado. ... parezco Rodríguez de la Fuente, por Dios ...
Hasta aquí la narración de como se ha pirado el primero ...
Por otra parte he sabido los detalles de otra despedida. De ésta, sin embargo, nunca esperé saber nada más pero la vida es curiosa, imprevisible y mágica. Las noticias en primera persona de un espectador de primera fila han confirmado lo que ya sabía y lo que no me hubiese gustado confirmar pero, ya a toro pasado, voy a intentar olvidar. No quiero que desaparezcan más mitos de mi altar particular así que crearé una realidad virtual en su halo y seguiré idolatrando a los mismos becerros de oro de siempre, sin importarme sus fisuras ni tampoco si su tratamiento de chapa es en oro o en goldfiel.
El invierno ha terminado con ausencias pero ahora debemos afrontar una nueva temporada estival. El verano no puede ser de otra manera que no sea luminosa, radiante y en este caso, impera la tendencia MENOS ES MÁS. No hace falta adorno ni decoración, cabe incidir en lo esencial, lo básico y lo primigenio. Quiero color liso, sin arrugas ... me apetece combinar dos tonos tanto en lo superficial como en lo íntimo: no se lleva el poliéster ni lo falso ... así que, por eso, casi que ha sido mejor que por lo menos lo que no es auténtico haya pasado de moda...
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