sábado, 6 de mayo de 2017

+LO DUDO+

Esta mañana me he levantado entre pronto y tarde. Me he tomado un café con leche aún tumbado y después me he duchado, me he afeitado y me he untado de crema. Luego, a patinar toda la Barceloneta de arriba a abajo. Como premio a esta demostración de voluntad deportiva, y en alguien como yo hay que reconocer el mérito, un buen whopper. De ahí, a descansar en una siesta de un par de horas. Luego a hacer la compra, luego la cena, y ahora acabo de ver una película fantástica a través de mis nuevas gafas, que no de sol, si no de ver. Con los años y el trabajo me estoy dejado la vista, pero lo asumo como un daño colateral de hacer lo que me gusta y de la ley de la vida. Para rematar la jornada, un poco de cotilleo en las redes sociales y, ahora, como un sputnik, de vuelta al ordenador obligado por lo que veo y, aún más, por lo que siento.

Estas actividades tan cotidianas y poco trascendentes no las debería estar haciendo: generalmente, y como norma en los últimos siete años, debería estar clausurado preparando el próximo desfile, que debería tener lugar la última semana de junio. Quizás, en una empresa más grande que la mía sea una actividad más dentro de una estrategia de marketing. No es mi/nuestro caso. Para nosotros es una oportunidad de expresar lo que pensamos, sentimos y opinamos, y creo que así ha sido en los últimos 13 desfiles.

Decir lo que pienso a mi me cuesta el esfuerzo de estar casi tres meses sin apenas pisar la calle. Nosotros tres (servidor apoyado de César y Ezequiel) combinamos nuestras labores fuera de nuestra empresa con lo propio en ésta misma, lo que nos lleva a soportar jornadas laborales que no dejan lugar al ocio, y es literal, tres meses sin descanso. Dibujar, diseñar, estampar, patronar, coser, bordar, preparar la música, el calzado, el casting... casi todo. A veces también, y como alimento del ego, desfilar. Lo hacemos todo nosotros, con nuestras propias manos: es nuestro hijo y no contemplamos contratar a ninguna "nanny", y no por cuestiones económicas: a mi hijo lo amamanto yo.

Las últimas dos temporadas he tenido una sensación que no me ha gustado nada: he sentido la obligación de hacerlo. Brain&Beast no nació como una obligación, se gestó como un lugar para el placer creativo y, es por ello, que ambas posturas entraron en conflicto. Antes, al principio, me daba igual que hiciese un sol radiante mientras yo estaba ganándome unas dioptrías delante de un papel en blanco o cosiendo en la máquina. Me compensaba el stress de cumplir cada seis meses encima de una pasarela o algo semejante. También tenía menos años, más ilusión y menos rabia. Ahora, sin embargo, empiezo a pensar si existe la necesidad de generar todo este torbellino dos veces al año. En seis meses no me da tiempo, ya, a hacerlo como quiero, y quizás es que intento ponerme el listón cada vez más alto. Bordar lleva su tiempo, y en la nueva colección hay muchos bordados.

Sin embargo, empecé a dibujar según el calendario previsto, ya hice la selección de materiales, de hecho ya tengo muchos de ellos. También están decididos peluquería, maquillaje y casting. De la música ya hay idea. Y la inscripción para el desfile ya está tramitada. Vamos, que he hecho lo que me obligo a hacer, lo que creía que debe ser... pero hoy he salido a patinar y a tomar el sol, y he dormido una siesta muy tranquilamente.

Paralelamente a todo esto, en unos meses, acabaré de estudiar y, creo, podré decir que soy fotógrafo. Este año, además y por las noches, me he dedicado a mi otra pasión y era algo que deseaba hace años: adquirir los conocimientos que no tenía para ponerme delante de una cámara con seguridad y técnica para poder escribir con orgullo que soy fotógrafo. Estudiar a mi edad esta siendo un oasis muy recomendable y ese lugar para el placer creativo. Seré diseñador de moda y fotógrafo paralelamente y me siento muy satisfecho de ello. Ya he podido hacer nuestro propio lookbook de manera independiente, y ya está colgada nuestra nueva tienda online. Esas fotografías, además, van a estar exhibidas en nuestra nueva Popup Store en Barcelona, en 10 días, nueva presentación, nueva fiesta y más Brain&Beast...

Volver a la clausura habitual, por lo tanto, supone restar horas a la realización de mi TFP, un proyecto personal sobre la metafotografía que cuestiona los límites de la identidad en la auto-re-presentación del propio rostro (como síntesis del yo) según los formatos de archivo fotográfico y su exportación a los medios digitales. Supone para mi un reto y, gracias a unos profesores y tutores divinos que me están apoyando en esta aventura, la oportunidad de aprender más por puro placer. Y es que sólo tengo ganas de placer...

Entonces, pienso. No sería mejor tomarme unos meses más para preparar el desfile de "LABERINTO" y hacer una presentación tal y como la tengo en la cabeza? Cómo voy a conseguir hacer un laberinto de espejos en mes y medio? Merece la pena ponerme el hábito a partir de la semana que viene y desaparecer del mapa hasta finales de junio? Es bueno que te echen de menos por una vez? Cómo me las voy a ingeniar para fotografiar, patronar, coser, bordar, comer y dormir? Podré dormir? Quién va a agradecer que no duerma? Es necesario que no duerma y mi libido se extinga hasta julio? No sería mejor disfrutar de ello y preparar esta traca para enero? Puedo tomarme un tiempo? Puedo cortarme las uñas y limármelas como Dios manda sin pensar en todo lo que queda por hacer? Puede Brain&Beast hacer su trabajo tranquilamente? Tengo derecho a privar a Brain&Beast a su derecho a respirar sin ansiedad? Se merece acaso esta semana de la moda que yo no duerma? No es mejor echar un paso atrás para pillar impulso? Tengo que esperar a que suceda lo que pasó hace un par de desfiles y hacer la colección en tres semanas? Tiene sentido?

Debo decidirme lo antes posible...