domingo, 30 de agosto de 2015

V I C I O

Nunca he sido de beber. Me gusta la ginebra, pero como no tengo costumbre con un gin tónic soy el alma de la fiesta... Ello equivale a dos cervezas. Sinceramente la cerveza no me apasiona, pero fresquita es el recurso fácil para no intoxicarte a garrafón. En cualquier caso, me gusta más la clara con limón, con más limón que cerveza. Fumar sí que me apasiona, me vuelve loco, me encanta, adoro un Marlboro. Además, fumar en ocasiones me resulta absolutamente terapéutico, me evita comer mientras cocino o zamparme un ansiolítico. Se debe fumar cigarro empinao, que es fea la marca de nicotina en el dedo. Por lo demás, no tomo drogas, que no me gustan. Quizás es tan extraño como un menor de 40 sin tatuar, pero si no lo hice con 18, pues como que no lo haré ahora. Ni coca, ni popper, ni bote ... Na de na, virgen total. Lo que me mola mazo es mi cutis juvenil, terso, sin bótox... Y mi pulso, tanto es así que he pintado a pulso las aristas de las paredes de mi casa dotándolas de un acabado profesional cual Miguel Ángel.
La vida en ocasiones me parece una mierda seca, entonces, me agarro a mi marido, a mi novio, a un amigo o llamo a ni madre. Mi voz es clara cual ruiseñor. Me resulta triste la voz cazallosa. No es sexy la cazalla. El look ACABADA me gusta en un desfile, que es pura ficción, como metáfora del sufrimiento, la soledad, el hastío o puro nihilismo. En el día a día me pone la gente sana, la lozanía, las mechas bien dadas... No me gustan las manicuras carcomidas fuera de un video de Chris Isaak, prefiero las uñas efecto Photoshop. Es fácil parecer una marrana y verdaderamente vanguardista arreglarse cada mañana y combinar zapato con bolso. Por todo ésto escribo este texto, para afirmar que detesto a las bloggeras, cantantes, diseñadores, estudiantes, amas de casa, y demás personajes que confunden moderno con marrano, que aunque empiecen por M, como Manhattan y Murcia, no son lo mismo.

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