Muchas veces me pregunto por qué las pijas tienen cara de pijas incluso cuando no llevan el uniforme o cuando van disfrazadas de no-pijas: soy capaz de reconocer a una entre un millón. Creo que, además de unos rasgos físicos característicos y algunos apellidos rimbombantes (aunque también las hay de clase "García"), también poseen el don innato de la maldad. Si a esto le sumamos la inexperiencia o la juventud y si además son listas, sigilosas, rencorosas y potencialmente poderosas, nos encontramos frente a individuas MUY DAÑINAS.
En los últimos años he compartido momentos de mi vida con varias de estas muchachas y doy fé de lo que son capaces. Las pijas malas son manipuladoras, mentirosas, adictas, irresponsables, incultas, paletas, cortas de mente y anchas (pero que muy anchas) para otras cosas, mediocres, insulsas, cursis, histéricas, sosas, remilgadas, burras, redichas, ladronas, liantas ... y lo más importante, FEAS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario