viernes, 23 de octubre de 2009

[33]

Hoy cumplo 33 años. Es una sensación extraña la del paso del tiempo porque en ocasiones parece que pasa lentamente y, sin embargo, a veces me da la sensación que sucedieron ayer acontecimientos que en realidad pasaron hace ya 20 años... Es un tópico, pero como todos ellos guarda parte de verdad.
En 33 años me ha dado tiempo a casarme, divorciarme, casarme de nuevo, realizarme, arruinarme, recuperarme y nuevamente a ilusionarme (entre otras cosas).
Desde que mi madre me parió en el Barrio de Salamanca (así es, lo siento) también he sido capaz de pensar como se pensaba en mi casa para luego empezar a tener criterio propio: a adorar a mis padres para luego odiarlos a ratos y volver a quererlos más que nunca y para siempre.
Siempre tuve la idea que en la primera madurez (?) iba o debía ser un hombre de provecho. Ahora no estoy seguro si soy eso ... por un lado no soy consciente de mi edad, de veras, me veo a mi mismo como un adolescente inexperto, y por otro lado no sabría definir qué es hoy por hoy tener oficio y beneficio.
Una cosa si me ha quedado clara: estoy aquí para ser feliz, y me cuesta, pero no paro de intentarlo y muchas veces lo consigo porque tengo el corazón "casi" lleno. La porción de espacio que me falta para la plenitud absoluta la he encargado hace poco y espero que me llegue en breve. Ya me han dicho bastantes amigos que estos 33 (la edad de Cristo!) son la mejor edad, así que confío en ello.
Por suerte tengo a mi lado al hombre más maravilloso del mundo: grande y pequeño a la vez, rudo y suave. Sin él, ahora, estaría ciego. El ha transformado la amargura en alegría. Lo es casi todo para mi, incluso todo en absoluto porque es él quien me trae el encargo al que antes hacía referencia.
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Hoy cumplo 33 años, por eso este texto ha salido como ha salido... sin filtro, como dice César...
no tamizo mis ideas,,, y me gusta no hacerlo.

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