lunes, 7 de diciembre de 2009

_ HOT! _

Estoy demasiado caliente para contar la historia con pelos y señales, ya lo haré, pero de momento voy a explotar tal cual ...
No puedo con esta generación que no basa su trabajo en el esfuerzo, como mínimo. El talento ya no depende de uno pero la dignidad, sí. Quizás la sociedad contemporánea es la que impulsa a estos jovenzuelos descarados a intentar obtener más por menos. Yo no he sido educado bajo estos parámetros, de siempre se me ha inculcado la responsabilidad de cumplir con mi obligación y de dar lo mejor de mi, tanto en mi casa, como en mi escuela así como también en mis puestos de trabajo. Cuando no lo he hecho ha caído sobre mi el peso del remordimiento.
No concibo en ninguna disciplina creativa (de la pintura al crochet) la imitación, menos aún la inspiración directa y por supuesto NUNCA el plagio. Comprendo la necesidad de verse integrado en un movimiento e incluso la reinterpretación de ideas ajenas, pero ello está en un filo tan fino que creo es mejor evitar. Por ello estoy en contra de Zara, Mango, Ikea y demás. También estoy desmarcado de lo que significa arrimarse a personas vía Facebook, Fotolog o Bakala.org.
Es una tendencia en alza codearse con lo que interesa en este canal, lo cual me parece REPUGNANTE de manera bilateral: tanto desde el punto de vista del TREPA como desde el del egocentrismo del que necesita ser alabado por una corte de postpúberes famélicos ansiosos de protagonismo.
La creatividad debe estar alimentada de fantasía, técnica y tesón. La elaboración de un imaginario personal es una labor de años y experiencias, es difícil poseer estilo en la juventud ... puede despuntar algo que magnetiza, pero siempre será el germen de un futuro desarrollo que en el mejor de los casos desembocará en aquello que considero es ESTILO.
El ESTILO es lo que nos hace diferenciarnos a unos de otros, apoyado de la técnica o el virtuosismo propio (adquirido o innato). Si no hay estilo no hay personalidad, sino CALCO. Cuando ese calco es el producto de la amalgama de gustos, el calco es PASTICHE, y no aquel interesante y explotado en la cultura KITSCH: es un poti-poti indigesto y dañino. El calco es fácil, burdo, deshonesto e irreverente, más aún si va aderezado de tecnología.
Desde hoy declaro que emprendo una cruzada en contra del PLAGIO, en este caso contra MI.
ME HAN COPIADO, están haciendo dinero a costa de mis ideas y a las de compañeros míos, gente que, como yo, usa el lápiz para trabajar y con los cuales NUNCA ha surgido problema alguno. Los que somos como DIOS MANDA respetamos y ADMIRAMOS la labor de los que lo hacen bien. APRENDEMOS los unos de los otros. Por lo tanto NO VOY A PARAR hasta que quien PLAGIA desde una mínima mota de acuarela empiece a trabajar SÓLO CON SU CABEZA.
La LEY me ampara y, si no es así, encontraré la manera.

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