martes, 26 de enero de 2010

080

Hoy ha sido un día completo: clases mañaneras con mis chicos de proyecto fin de carrera, escapada para recoger la acreditacion VIP del 080BarcelonaFashion, comida con mi marido en un lugar nuevo y estupendo, desfile de apertura en la pasarela, clases en el máster, casa, cena con amigos y ahora blog. Me he conseguido sentar ahora, a las 12 de la noche, después de haber comenzado la jornada a las 8.13 am en mi querida Renfe. Lo mismo hay algún ignorante que lea este texto y piense que soy un frívolo como tantos otros que se dedican a bloggear sus maravillosas aventuras en el mundo del colorín ... En este momento estoy repasando lo vivido hoy y, francamente, no me encuentro bien. El malestar viene provocado, sin ningún lugar a dudas, primero por el estado de cansancio físico propio tras un día tan lleno de actividades, pero ... segundo y definitivo, por mi asistencia al evento "fashion" de la cultura catalana del momento.
He sido testigo, allí, de todo síntoma de no-evolución coronado por un desfile que olía a déja-vú. No voy a ser uno de esos narradores crueles que echan por tierra el trabajo ajeno, por lo que aquí acaba mi crónica gratuíta. Sin embargo si que necesito despacharme agusto en lo referente a la vertiente político-sociológica del evento.
Tras leer el artículo de La Vanguardia vinculado al inicio de la presentación de las colecciones de la próxima temporada un profano en la materia tendría la tendencia a pensar que la moda (catalana) es la abanderada del vanguardismo. Desde la política se está haciendo creer al contribuyente que sus aranceles están siendo usados de buenas maneras y que, gracias a ellos, jovenes hornadas de nuevos creadores podrán hacer empresa y así, en el futuro, dotar a la sociedad de más puestos de trabajo a la vez que se está premiando la creatividad y el talento. Todo esto es una trola como un catedral. He estado dentro de esta falacia y, ahora, sigo dentro de ella. Denuncio pues la manipulación político-mediática que se hace de la industria del trapo, se está utilizando al gremio como cortina de humo para cegar a quienes lo ignoran en lo referente al gasto en cultura e (!!!) industria. La politización de la moda, así como de otras disciplinas sean deportivas o creativas, jamás llevará a buen puerto. Es muy juguso apuntarse el tanto, por que es un tanto "bonito", convencer que se está haciendo algo por el progreso de la razón colectiva cuando, una vez más y desgraciadamente, se tira por el camino corto y se organiza un evento mediocre, provinciano y pretencioso. El cartel de desfiles está integrado por un puñado de empresas todavía desconocidas y, por supuesto, a las que hay que apoyar, pero NO se puede vender el certamen como un revulsivo internacional y, mucho menos, equipararlo a otros de mucho más prestigio, trayectoria y solera. Se está mintiendo: la prensa internacional no mira para aquí, las tiendas no vienen a comprar aquí y no sé como no se le cae la cara de vergüenza a la señora portavoz del Govern al decir que ya se habían acreditado un centenar de compradores internacionales: 100, Dios mío!, 100 ... ya sólo en el Paseo de Gracia, entre Diputación y Provenza hay más comercios ...
Por otro lado está el faranduleo pestilente. A los chicos que empiezan o estudian les daremos patente de corso para el disfraz dado que su ilusión es prodigiosa y, en un conflicto de identidad creativa un veinteañero puede ser muy peligroso. Sin embargo también se encontraban entre los asistentes los SIN PERDÓN: editores de revistas de medio pelo con el rictus compungido, dinosaurios que antes se teñían y ahora no que viven del despelleje y que se inventan webs para conseguir acreditaciones (es más, que mandan mails para ver si consiguen que algún pipiolo colabore gratuítamente en ellas a cambio de dejarles pasar a los shows), cobardes que te insultan desde el anonimato y tiene la osadía de pararse a menos de dos metros tuyo sin ni siquiera mirarte a la cara (sí, él también estaba), y palurdas varias con camisa self-made en organdí blanco que se pasan todo el desfile moviendo la piernecita al ritmo de la música sin darse cuenta que la grada es de tarima y retumba.
También he tenido el placer de ver a parte de la comitiva de la difunta Pasarel-la Gaudí ( con L geminada ...) Estaba aquella que manipulaba las colecciones d elos new commers, que es más mala que un dolor de muelas y que vive en mi pueblo, el señor que alimentaba su empresa privada con la venta de desfiles públicos en la feria, incluso la antigua regidora de mis desfiles ...
En resumen, bendito Martin Margiela, de quien casi nadie conoce su cara ... que posición más inteligente ver la basura desde lo alto para que no se te manchen los pies ... yo quiero ser como él ...

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