martes, 19 de enero de 2010

::: DeLuxE :::

Hoy me han invitado a una mesa redonda que tendrá lugar el próxima día 28 de Febrero dentro de la plataforma 080Barcelona Fashion, por lo visto para hablar de Ecología y LUJO (cuentan conmigo para que defienda al LUJO, oh yeah).
Entiendo por LUJO no tener que tomar transporte público y menos aún Renfe Cercanías todas las mañanas. Ya es sabida mi aversión al tren y sus gentes de pelo grasiento y talante gris, esos que comen bocadillos envueltos en papel de aluminio bien tempranito (no han desayunado en casa?) y sin embargo me monto en un vagón de martes a jueves, como un clavo a las 8.13am. También entiendo que se trata de un lujazo hacer la compra en El Corte Inglés en lugar de en Mercadona, y por ello trato de alternarlos y, por ejemplo, la coca-cola y tal las compro de baratillo (por que es la misma) pero yo, con el jamón, no me la juego.
En moda el concepto lo tengo clarísimo: LUJO es no tener límite. Reducir la opulencia a lo económico me parece una estrechez mental. Lujo y caro no son sinónimos: quizás hay objetos a los que no podemos llegar pero no por ello son caros, es más, la valía económica la fija el mercado, el consumidor o aquel que está dispuesto a pagar una cantidad de dinero determinada por un artículo específico. El precio no es proporcional al coste de manufactura, sino a su valor de uso y a su valor de marca. MARCA debe ser prestigio, calidad y status. No me voy a tirar el rollo citando a Gilles LIPOVETSKY o a Roland BARTRES, pero quizás muchos de esos que confunden marca con PIJO deberían acercarse al FNAC, que tienen espacio para leer de gorra, y ojear algunas obras de estos señores. Me parece de una gran hipocresía social criminalizar el gasto en moda y no en petardos para San Juan o en lotería de Navidad o (por Dios) en una entrada para el Barça-Madrid. Cada uno es muy libre de invertir el dinero en lo que quiera pero parece que el coto en el que sueltan a los que consumen MODA en mayúsculas es uno de los más jugosos para los ignorantes. FIRMA significa garantía, diseño.
Si me parece reprochable el consumo desaforado, si es que hoy en día existe algún lugar donde se haya grabado el tope de este parámetro. Es desproporcionado comprar semanalmente en Mango, así como lo es traerse a casa 5 garrafas de aceite sólo porque estaba de oferta. Entiendo ese comportamiento como ansioso, no me gusta, de la misma manera que me río de los que se ponen ciegos en un vernissage como si no hubiesen comido nunca, de los que llevan 6 bolsas de Zara, de los que beben cubalitros y del papel ALBAL (que debería estar prohibido por antiecológico!).
Respeto el trabajo, y su consecuencia, para gastarla como te venga en gana.
(MAMA: ESTOY INTENTANDO AHORRAR)

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