miércoles, 6 de enero de 2010

* FRÁGIL *

Diariamente nos enfrentamos a diversas situaciones que, de no tener autocontrol, podrían ser el detonante de una reacción violenta o radical con nuestro entorno. Muchas veces tengo la sensación de estar corriendo una carrera de obstáculos sin fin puesto que me pregunto con frecuencia cuál será el/los problemas a solucionar mañana o, de no tener solución, como afrontar el golpe con la mayor deportividad posible. Quizás también muchos tenemos la tendencia natural al dramatismo, es decir, en un alarde de perfeccionismo enfermizo, intentar controlar todas y cada una de las situaciones cotidianas, incluso aquellas que quedan fuera de nuestro alcance o de las cuales nunca llevaremos las riendas. No se si ésto es un trastorno de libro o no, de lo que sí estoy seguro es que es un rasgo de la personalidad con el que debo conseguir convivir en paz. Además, quizás es una enfermedad provocada por la sociedad contemporánea, la misma que nos impulsa a ser perfectos, responsables, guapos y queridos. De estos cuatro parámetros sólo la responsabilidad es, en parte, decisión personal. Ser perfecto es imposible, guapo es cuestión de genética y cánones. Queridos ...
Ser querido constituye la principal preocupación del cien por cien de la población sana. Estoy acostumbrado a escuchar lamentos de gente cercana y soltera que pide a gritos una pareja. También muchas personas encaminan su trayectoria profesional a campos en los que el espectador o cliente demuestra afecto con sus reacciones, como actores, músicos o incluso profesores. Me consta que muchos actores lo son para llenar el vacío existencial con un aplauso.
Muchos otros buscan cariño en un chat o en una página de contactos y creen, en principio, que un encuentro sexual furtivo va a calmar su sentimiento de soledad.
La soledad, como bien dicen en un anuncio de la tele, no es estar aislado. Soledad es no poder contar a quien tu quieres lo que quieres. Soledad es la imposibilidad de compartir. Soledad es sinónimo de incomprensión y, por lo tanto, carencia de afecto. Estar escaso de cariño es estar falto no del sentimiento en absatracto, sino de sus manifestaciones. Yo necesitos besos, abrazos, llamadas de teléfono, mails ... no sé estar solo. Tengo la necesidad de expresar lo que siento , y quizás también por ello necesito escribir este blog. Con los comentarios que me hace la gente que lo lee me siento bien, ya sea para decirme que están deacuerdo o no. Necesito de la gente para sentirme seguro, de todos y cada uno en su justa medida. Tener confianza en uno mismo no es una labor que se pueda desempeñar en soledad dado que necesita de emisor y receptor y, lo creo firmenente, es la virtud básica para el buen funcionamiento de las relaciones humanas. No quiero más relacionarme ni siquiera saludarme con las personas en las que no confío o con las que no me hacen sentir seguro. La confianza se asienta en la verdad y en el cariño y, desde hace tiempo, son las directrices de mi vida.

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