sábado, 9 de enero de 2010

*FEAR*

Hay algo en la estructura psíquica de las personas que no logro comprender: puede ser que nuestra educación vaya almacenando posos en algún lugar interno que constituyan algo así como la memoria interna de nuestro mecanismo, residuos que permanecen aletargados y se activan en determinadas situaciones provocando temor.
El miedo es el sentimiento más repugnante que existe, paralizante, cruel y déspota. Es una sensación que no deja actuar, empequeñece. No entiendo pues como, a veces, nos hace ir en contra de nuestros principios y no nos deja ser como realmente queremos ser. A lo peor miedo va asociado a vergüenza o a aquello que tampoco comprendo que suele llamarse "moralidad". Muchas culturas han fomentado la política del miedo como estrategia de alienación (la doctrina católica, por ejemplo, mostrando a un Dios castigador y castrante en muchas ocasiones a lo largo de la historia). Me repugna en concepto "pecado"; pecar por disfrutar del sexo, ser diferente (maricón, vamos), por usar métodos anticonceptivos, por comer carne en vigilia, por predicar un credo distinto ...
En este punto del desarrollo humano, ahora, intento ponerme en el pensamiento de estas personas intolerantes con los demás y con sí mismos: me parece alucinante que menores de 40 manifiesten un conservadurismo rancio en cuestiones que, bajo mi punto de vista son "prueba superada". Es por los posos, está clarísmo. A todos nos han grabado en el disco duro información cuando nuestro sistema era virgen y se trata de unos datos que son muy difíciles de borrar puesto que inconscientemente los procesamos como verdades absolutas y fundamentales. No necesariamente ha sido un progenitor ese grabador, las circunstancias y el entorno en general pueden haber sido grabadores maquiavélicos.
No quiero dármelas de progre porque no tengo la edad ni el look, tampoco soy la persona con la mentalidad más avanzada, eso sí, estoy en ello. He empezado a reconocer documentos de mi memoria interna "by default" y algunos no me gustan, así que estoy en proceso de borrado. El miedo y los prejucios son elementos absolutamente innecesarios. La propia etimología de la voz "prejuzgar" es muy clara con el significado: emitir un juicio a priori, sin conocimiento de causa.
Quizás si evaluáramos en función del conocimiento seríamos mas justos y, por lo tanto, no tendríamos miedo a nada.

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