domingo, 29 de noviembre de 2009

+ HABITATS +

He visto cosas que no podríais creer.
Cuando empezaba a hacer colecciones contraté a una patronista free-lance que vivía en Alcalá de Henares. El primer encargo que le hice fué el patrón de una gabardina de nappa color whisky bastante complejo. Me lo hizo. Tuve que ir a recogerlo a su casa y aquí es donde empieza lo paranormal: todas las paredes estaban pintadas en color melocotón flúor sobre un gotelé grueso-grueso-grueso ... mas bien eran pegotes de yeso. Decorando esas paredes y cerca de la cortina veneciana de raso poliacrílico a tono del salón colgaban tres mariposas gigantes de papel maché, acechantes. En aquella oda al horror vacui proliferaban máscaras venecianas, tapetes de crochet en perlé sintético, posavasos de conchitas, botellitas de licor de las casa colgantes de Cuenca, figuritas Lladró made in Taiwan ... nunca he vuelto a ser el mismo desde aquella visita.
No entiendo el gusto de muchas personas para la decoración y, es más, me es difícil creer que puedan estar cómodos en esos hábitats. No sólo deben sentirse confortables de tales maneras, es más, creo que están orgullosos. No sólo yo estoy harto de ver perfiles de personas en redes sociales posando para la cámara con unos fondos y atrezzos de infarto, jóvenes con síndrome de vejez prematura con salones de burguesa de pueblo y mariquitas maduros devotos de los coleccionables de vestiditos de estrellas de cine de venta en kioskos. Si además las fotos son subiditas de tono ya es para flipar: qué bonito es ver a cierta gente en plan sexy con el tapiz "fake" de escena de cacería en segundo plano... o comprobar lo mucho que le cuesta a algunos hacer limpieza general (o simplemente recoger la ropa interior sucia del suelo). Qué askazo, es como si te sale un grano en la cara y en vez de atizarte corrector lo enmarcas en un círculo de rotulador rojo.
A ver si aprendemos a potenciar virtudes y esconder defectos, por caridad. A ver si vamos más a Ikea en caso de duda, que es baratito, neutro, joven y apuesta segura ... pese a que los muebles sean de calidad pésima y los blanco amarilleen el primer año. Ruego encarecidamente evitar la exhibición de las vergüenzas desde ningún otro sitio que no sea el humor o la autocrítica, que acaben las visitas al todo a 100, los ebanistas a medida y los interioristas profesionales también merecen comer ...

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